Día del Archivista – 28 de Agosto
Los archivos existieron desde los mismos comienzos de la escritura, pero su ciencia es más moderna; ésta aparece recién a mediados del siglo XIX. Hay quienes relacionan su origen con la publicación del Manual para la Clasificación y Descripción de los Archivos, creado por los archiveros holandeses Müller, Feith y Fruin; sin embargo, no se cuenta con una fecha cierta de origen, ya que primeramente fue una disciplina empírica para el arreglo de los archivos y continuó evolucionando hasta configurarse como ciencia.
A través de la historia del hombre, la organización de los archivos ha evolucionado desde su período prearchivístico, en el que los fondos documentales no estaban delimitados en sus presupuestos y dependían de otras ciencias, como la historia y la bibliotecología, hasta el período de desarrollo archivístico. Durante este último se produce un cambio radical debido a que tanto la teoría como la práctica adquieren una metodología propia y un tratamiento específico de los fondos documentales que transformaron a la archivología en ciencia.
Ésta, podríamos afirmar, nace de la mano del historiador francés Natalis de Wally, quien enuncia el Principio de Procedencia o de Respeto de los Fondos en 1841. Sobre este principio se asentó el desarrollo de la teoría archivística moderna y su diferencia respecto de las otras ciencias de la información.
El Principio de Procedencia o de Respeto de los Fondos establece la clasificación por los fondos documentales que, según su creador, se origina en la naturaleza de las cosas. Según su propuesta, este es el único modo en que es posible asegurar un orden regular y uniforme, ya que se respeta la institución de la que procede el documento, es decir, su entidad productora.
En las últimas décadas, las tecnologías de la información han impulsado la profesión archivística con gran fuerza y sin precedentes en su historia. La normalización en los archivos se ha convertido en una seña de identidad. Y por otra parte, la función del archivero es una profesión muy demandada y ha alcanzado un grado de profesionalización sin precedentes. Las características y los requisitos de los documentos electrónicos también han permitido elaborar nuevos principios doctrinales.